Cargo de asesinato en primer grado desestimado contra un médico acusado de la muerte de un paciente por sobredosis.
El Caso del Dr. David Rosing
La vida del Dr. David Rosing, un cirujano muy estimado en Costa Mesa, Riverside County, California, se desplomó cuando investigadores armados del Departamento de Salud del Estado y la policía local descendieron sobre su casa mientras sus hijos nadaban en la piscina. En ese solo movimiento, mancillaron una reputación estelar, una carrera profesional y dejaron a toda una familia en ruinas. Después de cooperar plenamente con la junta médica estatal y la policía, fue acusado de asesinato en primer grado, prescripción de sustancias controladas con fines ilegales y abuso de ancianos o adultos dependientes.
Inmediatamente contrató a dos de los abogados defensores locales más conocidos de su comunidad, pero tras recibir una oferta de acuerdo que incluía la revocación de su licencia y una sentencia de prisión significativa, él y su familia sintieron que se podía hacer más. Fue entonces cuando buscaron la asistencia del abogado defensor de renombre nacional, José Báez, el “salvador de los médicos”. El Dr. Rosing buscó un bufete de abogados que contendiera tenazmente con la fiscalía y empleara un enfoque innovador para montar una defensa efectiva. Tras realizar su propia investigación sobre la toma de decisiones médicas y la investigación del Departamento de Salud, el Bufete de Abogados Báez encontró un caso creado con una investigación incompetente, sesgada y abiertamente engañosa. Se programó una audiencia preliminar, y el Estado presentó su caso ante un juez, el cual comenzó a desmoronarse de inmediato. Las pruebas de sangre de la autopsia fueron destruidas y no documentadas. José Báez logró demostrar que los informes toxicológicos eran engañosos y carecían de la tecnología necesaria para obtener resultados precisos relacionados con los delitos imputados. A mitad de la audiencia, el juez comenzó a hacer sus propias preguntas. El investigador principal del departamento de salud fue interrogado durante horas en el estrado. El Sr. Báez describió una tras otra las incompetencias de los investigadores. Al final de la audiencia, incluso los fiscales estaban convencidos de que acusar al Dr. Rosing por la fatalidad de una persona que murió de sobredosis era una decisión errónea. En consecuencia, la fiscalía retiró el cargo de asesinato de la acusación, culminando en una resolución favorable, permitiendo al Dr. Rosing seguir adelante con su vida y estar allí para su familia.
El Caso del Estado
Los fiscales tenían que probar que el Dr. Rosing violó intencionalmente o a sabiendas las mejores prácticas médicas, y que sus actividades estaban fuera del curso habitual de la práctica profesional. Los proveedores pueden ser condenados por violar la Ley de Sustancias Controladas si prescriben de manera peligrosa, como emitir recetas inapropiadas a sabiendas. El Estado afirmó que el Dr. Rosing sobreprescribió medicamentos opioides a un paciente suyo con una adicción clara a las drogas y que, efectivamente, actuó como un traficante de drogas.
El Estado presentó las siguientes pruebas y testimonios:
- Según el informe del experto de la fiscalía, el fallecido murió por “intoxicación aguda por oxicodona” debido a la prescripción excesiva del Dr. Rosing.
- Rosing emitió repetidamente recetas al fallecido mensualmente para varias sustancias controladas, incluida la oxicodona.
- Rosing sabía que era peligroso prescribir opioides con benzodiacepinas, sin embargo, lo hizo 47 veces.
- El experto de la fiscalía se centró en múltiples señales de advertencia de que el fallecido era un adicto a las drogas y comentó sobre la conducta no profesional del Dr. Rosing con el fallecido, centrándose en los regalos, visitas a domicilio y códigos entre los dos.
La Defensa
La defensa proporcionó una clara distinción entre un buscador de drogas y un paciente con dolor crónico. El Dr. Rosing actuó dentro del curso habitual de la práctica profesional al prescribir opioides para el dolor crónico. El Bufete de Abogados Báez presentó una defensa de “buena fe” estableciendo que el Dr. Rosing intentaba ayudar a su paciente y de ninguna manera pretendía prescribir de manera riesgosa. La defensa también desmanteló la noción del Estado de que el Dr. Rosing actuaba como un traficante de drogas al encontrar un verdadero traficante de drogas que probablemente fue el responsable de la muerte del paciente del Dr. Rosing en este caso.
La defensa contraatacó con lo siguiente:
- El fallecido tenía una larga historia de dolor crónico secundario a complicaciones de múltiples cirugías abdominales (32 ingresos hospitalarios, 26 cirugías abdominales).
- El informe del Sistema de Revisión y Evaluación de Utilización de Sustancias Controladas (“CURES”) reflejaba 382 registros, de los cuales 190 recetas controladas fueron emitidas por otro médico, no por el Dr. Rosing.
- En el momento de la muerte del fallecido, también había benzodiacepinas en su sistema que el Dr. Rosing no había prescrito.
- La fiscalía no realizó una revisión exhaustiva de los registros telefónicos del fallecido, que revelaron que la última persona con la que estuvo en contacto fue un proveedor de drogas ilícitas que acudió a su casa y le proporcionó una receta de Xanax comúnmente conocida por estar adulterada con fentanilo, “Green Hulks”.
- El patólogo forense y el toxicólogo del Estado no realizaron pruebas de fentanilo en el sistema del fallecido y eliminaron la muestra de sangre del fallecido prematuramente, antes de completar la investigación de este caso.
Este caso no solo genera alarma entre los defensores de los pacientes con dolor crónico, sino que también crea un temor creciente entre los prescriptores debido a las agresivas acciones legales. El resultado es que los médicos se desaniman de proporcionar opioides incluso cuando están justificados. La decisión del Dr. Rosing de desafiar la convención y contratar la representación de nuestro bufete introdujo un enfoque refrescante e innovador a su defensa, mejorando la estrategia con una perspectiva sofisticada y distinta. Los médicos se están convirtiendo en blancos fáciles para los fiscales, que buscan casos para avanzar en sus carreras, y los jurados automáticamente mantienen a los médicos a un estándar más alto que a otras personas en la comunidad debido a su falta de comprensión de la medicina y los sacrificios que los médicos hacen para poder ejercer. Los fiscales tienen una ventaja inherente porque los jurados son legos en un entorno legal. El Bufete de Abogados Báez se enorgullece de representar a los profesionales de la salud que sacrifican tanto y merecen elogios, no persecución.